Capitulo II
“¡¡PRIMITO!!”
“Amor”
Edith había meditado en aquella palabra durante tres largos días con sus noches, sus sobrinas habían tomado posesión de su casa, demostrando cualidades, encantos, modales y apariencias dignas de cautivar a los mas refinados caballeros, incluso su amado Príncipe había quedado prendado de aquellas bellas señoritas que con diplomacia se presentaron ante él.
No, evidentemente su condición y educación no eran el problema, mientras las miraba jugar en el jardín escondiéndose tras los pilares, notaba forma a forma los pensamientos de cada una, los miedos, las actitudes, su prometido solía decir que con ella al lado no temía cometer injusticias pues la bella Edith sabia leer en el alma delas personas, sus sobrinas no deseaban, ansiaban el amor, la ternura, sus corazones tenían tantos anhelos que era difícil conformarse con la simple etiqueta de “un buen matrimonio”.
En aquel instante el Príncipe se presentó en el jardín, las chicas dejaron de jugar para saludarle cortésmente pero él les pidió que continuaran con sus juegos, suplicándoles que lo consideraran un familiar y un amigo, Edith se llevo una mano a la frente, no debió decirles eso, mas tardo en completar la frase que en verse atrapado por uno de aquellos abrazos grupales que tan bien ensayados parecían tener las pequeñas, la mujer suspiró decidiendo apartarse dela ventana desde la que había estado contemplando aquello.
Su habitación la llenó de ideas, muchos de los muebles que la decoraban provenían de las que habían sido sus habitaciones de toda la vida en su viejo hogar, cuadros, adornos, retratos, con la mente llena de planes se dejo caer en la cama mirando el dosel de fina tela, presentarlas en sociedad mediante un baile o una reunión solo conseguiría atraer la atención de una lluvia de pretendientes que no dudarían en acosarlas.
Por lógica eso solo terminaría provocando que los rechazaran dejando la situación como al principio, no, definitivamente aquel no era el camino, para lograr casarlas era preciso hacerlas bajar la guardia que tan diligentemente habían levantado, si lo que querían era hallar el amor debían buscarlo, explorar la ciudad, interactuar con el ambiente y los jóvenes, saborear las situaciones, bien en pocas palabras, enamorarse, el problema radicaba en que Verona no era precisamente una provincia tranquila, no podía dejarlas vagar por las calles solas, no era sano, no era correcto y lo mas importante, no era seguro.
Se levantó pensando en como lograr que las chicas conocieran el lugar, abandonó la habitación, las risas provenían del jardín llenando la casa con su sonido, ella misma sonrió, si, debían vivir, pero ¿cómo? Acompañarlas no era una opción, su rostro y posición eran bien conocidos, el caso necesitaba secreto, alcanzo el ventanal que daba paso al balcón dela calle, talvez el viento le refrescara las ideas, las personas iban y venían, tranquilas, pasivas, algunas al mirarla la saludaban con respeto, ella no podía mas que regresar el saludo de manera mecánica pues su mente se hallaba enfrascada en aquel complejo ardid, miró el horizonte“Verone, bella Verone”
Canturreó cuando noto a un joven que daba vuelta en la esquina y se acercaba con paso seguro a su morada, verlo produjo algo así como una revelación para ella, una luz ilumino cada esquina oscura de aquel plan, sin esperar a saludarlo hecho a correr rumbo al jardín.
Las chicas parecían revisar con minuciosidad el manto del Príncipe que soportaba la escena de pie mirándolas con una mezcla de preocupación y diversión
E: Queridas ¿qué se supone que están haciendo? Incomodan a su alteza
P: Por el contrario mi bella Edith esto me resulta por demás entretenido
La mujer lo miro con el ceño fruncido algo así como “no las consientas”
A: Es culpa de Sacni
S: No es cierto! U.U
J: En realidad Angie tiene razón, después de todo fue la caja de alfileres de Sacni la que cayo en el manto del Tío
S: Pero yo no la tiré u.u
L: Pero no había una buena razón para que estuviera sobre aquel pilar
E: De manera que están recogiendo los alfileres del manto?
L: Básicamente si tía n.n
Edith suspiró mirando a su prometido que parecía ocupado en que ningún alfiler lo tocara por lo que ni siquiera se había atrevido a deshacerse del manto eso y que le divertía inmensamente escucharlas discutir por los alfileres, un criado se acerco a Edith informándole algo en voz baja.
E: Entiendo, haz el favor de hacerlo pasar lo recibiré aquí
El sirviente se retiró, la mujer miro a su prometido
E: Tenemos visitas su alteza
En aquel instante por el umbral apareció el joven a quien había visto acercarse, vestía ropa de viaje, lo que le hizo a pensar Edith que venia a despedirse o algo semejante, las jóvenes detuvieron su labor para observarlo, el príncipe lo miro extrañado.
De porte elegante el joven parecía dotado de una energía y alegría contagiosas que la expresión cortes de su rostro no lograba apartar dela chispa en su mirada, su andar era airoso a pesar delo desaliñado del aspecto, aunque sin duda el detalle mas sobresaliente, era la ausencia de cabellos en aquella testa de piel clara, Sacni se apartó del príncipe acercándose inconscientemente a su tía con la vista fija en aquel hombre, pronto sus hermanas la siguieron, Edith desplegó el abanico con la finalidad de ocultar su sonrisa, aunque el gesto resultaba sobrante pues las jóvenes parecían haberse olvidado de su entorno, el joven por el contrario no parecía haber reparado en ellas.
Tenia prisa, aquello fue evidente al verlo tropezar con una roca que había intentado saltar, Angie dejo escapar una risita, “shh” la reprendió Jazmín, pero era tarde él finalmente había reparado en ellas, mirándolas con el ceño fruncido, Lexell le mantuvo la mirada analizándolo con ojos escrutadores, era desconcertante, los labios del joven se movieron
“Buenos días”
Saludo casi extrañado como si la contemplación de aquellas jóvenes lo obligara a apartarse de la realidad
“Mercucio”
La voz de Jazmín confirmo la sospecha que se había incrustado en el alma de todas al verlo cruzar el umbral, Sacni hecho a correr hacia él aprisionándolo en fuerte abrazo tan pronto lo tuvo
S: Mercucio
Susurro con un par de lagrimas en los ojos, el joven la miro atontado, hasta que una dulce sonrisa se dibujo en su rostro mientras correspondía el abrazo
M: Sacni
Pronuncio estrechándola a él, fue todo, en un momento las jóvenes lo rodeaban y el abrazaba con inmenso afecto a cada una
M: Lexell, Angie, Jazmín...yo...
Intento abrazarlas a todas pero aquello fue imposible, Edith los miraba complacida.
¡¡PRIMITO!!
Corearon las jóvenes en aquel abrazo grupal que duro minutos.
Si bien en Verona el parentesco mas conocido de Mercucio era su relación de primos con el Principe, muy pocos sabían que también era sobrino dela princesa, aún menos que en su niñez había pasado temporadas inmensas fuera de la ciudad y prácticamente nadie que tenía cuatro primas a quienes amaba profundamente a pesar de tener mas de 10 años de no verlas.
Así el destino le había proporcionado a Edith el medio perfecto de ejercer su plan pues al termino de aquel abrazo...
L: Primito..
A: Ya no queremos molestar a tía Edith
J: Podemos...
S: ¿Vivir contigo? n.n
El joven sonrió de oreja a oreja abrazándolas“Por supuesto que Si”
miércoles, 22 de octubre de 2008
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